Blogia
...Mientras Vivimos...

El arte del silencio...

<strong>El arte del silencio...</strong> Siempre me ha gustado observar a los mimos que trabajan durante tantas horas seguidas en la calle, sin embargo, he de reconocer que me parecen algo tristes. Casi todos los que he visto hasta ahora, la mayoría en Madrid, tienen la mirada triste. Me parecen una especie de seres invisibles, que unas veces tienen mucho éxito, pero otras solo son un objeto que nadie se para a mirar. La mirada fija, triste, solitaria, esperando que algún niño/a o adulto se acerque y le regale un minuto de su valioso tiempo.
Siempre pensé que eran personas que pedían auxilio en silencio. Piden ua mirada a gritos, pero sin embargo son gritos mudos que la mayoría no consigue oir. Cuántas veces llegó el invierno, y las lluvias, y sus maquillajes resbalaron por la cara convirtiéndose en lágrimas de color, por un día perdido... un día en el que nadie ve más allá de su paraguas, y corriendo esquivan cualquier cosa que parezca un obstáculo. Sí, incluso al mimo.
Creo que el día que encuentre un mimo risueño, cuyos ojos transmitan vida, alegría, optimismo... me quedaré inmovil y sin palabras, incluso cuando las gotas de abril mojen mi pelo.
Pero lo que es la vida... el único tal Mimo que llegué a conocer en persona, de chaqueta roja, camisa blanca y pajarita negra, no conocía el silencio, porque sus labios dejaban escapar un millón de sílabas por minuto, sin embargo sus ojos también eran melancólicos. Me comentó que echaba de menos algo, un lugar en el que vivió sus primeros años, y del que se vió forzado a salir.
Una sonrisa infinita para Mimo, que con su simpatía nos cautivó a todos.

2 comentarios

Tharsis -

Si ¡¡¡¡¡¡ lo vi cerca de la plaza mayor, y estuvimos un ratin observándolo con su corbata torcida, y su maleta o maletin jejeje y los pelos to tiesos del viento. Es bueno si :P

Hugo -

Hola Tharsis, mil gracias por el comentario que me dejas. Me llevo una grata impresión de mi rapida visita a tu blog y de este post.

Viste alguna vez al mimo "que se lo lleva el viento" en la calle Preciados de Madrid? Pese a sonreir mimeticamente tambien aparecen sus ojos melancolicos bajo las enormes gafas. Un beso